Llegamos a nuestro hotel a eso de las 4 de la tarde y nada más llegar a la entrada del hotel con el coche ya nos dimos cuenta que ese hotel iba a ser el mejor hotel que ninguno de los 4 hayamos estado nunca. Imitaciones de Venecia por todas partes, botones vestidos de gondoleros, todo lujo vamos. Paramos el coche delante de la puerta principal del hotel y ahí notamos la primera diferencia respecto a los moteles que habíamos regentado estos últimos días, primero un botones que nos descarga todo el equipaje del coche y luego un aparcacoches que se lleva el coche a su lugar de descanso.. Después de darle una propina al botones nos dirigimos a la recepción del hotel para hacer el check-in. Ya solo la entrada al hall del hotel te deja con la boca abierta, aquí os dejo unas fotos para que lo veáis.
Después de hacer el pertinente check-in , subimos a nuestra habitación y allí de nuevo mas diferencias con respecto a nuestros anteriores alojamientos. QUE HABITACIÓN!!! INCREIBLE!! Dos camas tipo “aquí cabemos 4 y sobra espacio”, una zona de “lounge” (como un pequeño comedor) y su correspondiente baño (el cual creo yo que incluso era más grande que algunas de las habitaciones de motel que hemos estado :p). Además de todo eso 3 televisiones planas (zona camas, zona comedor y en el BAÑO!!!!), persianas que se bajan y suben con un mando a distancia, DVD, … bueno todo tipo de lujos (por lo menos para nosotros), la única pega: no tenia internet gratis.
Una vez que nos habían subido las maletas a la habitación nos ponemos los bañadores y nos dirigimos a la piscina. Piscina? Quien dijo piscina? Eso era de todo menos una piscina, quizás un parque temático o una sala de fiestas. Para empezar había una piscina en la cual podías meter hamacas ya que solo tenía medio metro de profundidad y podías tumbarte en la hamaca cubierto por agua. Otra piscina enorme para niños, y luego venia el no va mas, una piscina en la cual la gente podía beber, fumar, bailar,… dentro del agua!!! Al lado de esta piscina había una zona “privé” donde había un DJ pinchando música con una pequeña piscina en la cual no cabía ni un alfiler. Intentaos entrar en esta zona pero he aquí el primer inconveniente de solo ir hombres… el “gorila” nos comenta que si no vamos acompañados por 4 chicas no podemos entrar en la zona así que desistimos y nos quedamos en la piscina colindante en la cual y desde mi punto de vista se estaba mejor porque había más espacio, la música se escuchaba y se estaba más tranquilito.
Todo el mundo estaba con su bebida en la piscina y nosotros no íbamos a ser menos, así que en menos que canta un gallo ya teníamos cada uno un mojito en nuestras manos.. INDESCRIPTIBLE!!!
Julio y yo (Carlos) no tuvimos bastante con el mojito y como seguíamos con “sed” nos pillamos cada uno un ron con zumo de fresa que estaba increíblemente bueno. Después estuvimos hablando con unas “lugareñas” las cuales nos dijeron un par de sitios para ir de marcha.
Una vez relajados en la piscina y con la correspondiente “cogorza” entre el sol y el alcohol nos subimos a la habitación para ducharnos e irnos a cenar.
Antes de salir a cenar decidimos abrir una de las botellas de Ron que Julio y Pablo habían comprado en el duty free antes de venir a USA. Después de una pequeña ronda de bebidas nos disponemos a ir a la calle en busca de un lugar para cenar.
Nada más salir a la calle…… PUUUM!!! Toma calor... Un bochorno, un calor… yo creo que estaríamos en torno a los 40 grados y soplando un viento caliente que te pegaba en la cara y hacia que te marearas (a esto hay que sumarle las copichuelas de mas). Visto lo visto decidimos meternos en el primer sitio que vemos (más que nada por no estar mucho en el “horno”). Cenamos en un subway (cadena de bocadillos) y nos dirigimos a la puerta de la discoteca que nos habían recomendado. En la cola había más gente que en el corte inglés en rebajas… aun así nos disponemos a hacer la cola cuando uno de los “seguratas” comenta a Julio, Pablo y Jose que como van vestidos no vamos a poder entrar (la verdad que no iban de etiqueta, pero tampoco íbamos tan mal). Sin camisa ni zapatos pero arreglados.. Entre la cola y la pocas ganas de los “seguratas” por dejarnos entrar decidimos cambiar la discoteca por el casino. Nos tiramos un buen rato jugando a la ruleta. Yo que no me encontraba muy bien decido retirarme para poder estar en forma al día siguiente y Julio, Jose y Pablo se quedan un rato más que luego resulto ser un buen rato en el cual recorrieron todo el “Strip” (así se llama la avenida donde está en todos los casinos).
Nuestro plan inicial para el día siguiente era ir tempranito a un outlet (es como un gran centro comercial donde grandes marcas ofrecen un precio inmejorable) y luego pasar todo el día en la piscina, aunque lo que debía ser un paseo por las tiendas se convirtió en nuestra perdición y ruina. Para que luego nos quejemos de las mujeres cuando van a comprar, nos tiramos tranquilamente 5 horas dando vueltas por allí y tirando de tarjeta de crédito (bueno básicamente de la de Julio que ya no se le ve ni la banda negra). Íbamos más cargados que una familia de moros antes de cruzar el estrecho. Después de nuestra sesión de compras compulsivas toca relajarse en la piscina. Esta vez decidimos bajarnos nuestro propio suministro de alcohol así que bajamos las botellas de ron que Pablo y Julio habían comprado y nos sentamos en las escaleras de la piscina. Nos tiramos un buen rato allí tranquilamente fresquitos, charlando y riéndonos. Bueno no todos, allí estábamos Carlitos cool, Pablito all right y Julito ok pero faltaba una pieza, más bien “el pieza” diría yo. De pronto nos miramos los tres y nos preguntamos: “¿Dónde está Jose?” Josito había desaparecido como por arte de magia. Nosotros sabíamos que no podía andar muy lejos, solo era cuestión de buscar en cada rincón con alguna mujer con la que pudiera articular palabra y, efectivamente, después de mucho buscar lo encontramos hablando con un par de chicas que hablaban castellano. Como dice él: “solo era pa’ eshá un ratito de sharla”.
Por la noche después de cenar nos decidimos a recorrernos de nuevo, esta vez los 4 y con más detalle los casinos más importante del Strip de Las Vegas, pero antes de eso vamos a ver un espectáculo que hay en la fuente principal que rodea al CasinoHotel Bellagio (ese que sale en la película Ocean’s Eleven, la del Brad Pitt y George Clooney que roban casinos). El espectáculo es muy bonito, mezcla agua, luz y música, buena combinación la verdad.
Una vez visto el espectáculo entramos en el Casino, cabe decir que este CasinoHotel junto con el nuestro puede que sean los dos más bonitos y lujosos de las Vegas y si no mirad las fotos.
Una vez dentro del casino, esta vez nos decantamos por el Black Jack. Tanto Pablito como yo tenemos unas “mínimas nociones” de cómo se juega ya que hicimos nuestras “practicas” en Helsinki cuando estuvimos de Erasmus. Julito tenía nociones “básicas” también. Pero como suele pasar en los juegos de azar, el novato es el que más gana siempre. Josito yellow no, sin tener (y perdón por la expresión) ni puta idea de jugar, empieza a ganar dinero como por arte de magia. La suerte del principiante estaba de su lado. Además de esto, da la casualidad que en la mesa en la que estamos esta la crupier más simpática del casino y que, como no, habla español. Además de repartir las cartas nos obsequia con unas buenas clases de teoría de Black Jack. Vamos que te daban ganas de seguir jugando aun perdiendo dinero de lo a gusto que estabas allí con ella. Balance final: Josito gano algo de dinero, Pablito y Julito se quedaron igual y yo palmé algo (aunque la cantidad será uno de los misterios del viaje).
Después de jugar un buen rato, dejarle una buena propina a la crupier y cambiar nuestras fichas por dinero, damos una última vuelta al Strip y volvemos al hotel ya que se nos han quedado sin hacer algunas compras (MAS??!!!!) y tenemos que volver al día siguiente al Outlet. Buenas noches. Sed buenos!!
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