jueves, 21 de agosto de 2008

Día 12. Rally Monument Valley

Tras esta maravillosa noche que hemos pasado en ese “motel”, nos dirigimos hacia Monument Valley. Hoy toca minibreakfast para desayunar, la cafetería es algo moderna, pero el propietario es totalmente americano. Camisa a cuadros, gorra con motivos estadounidenses y sin TV en casa. Eso si, el gorrión bien que tiene internet!Una vez en la carretera, las largas rectas nos juegan una mala pasada… algo nos dijeron de que en Arizona la ley del Sheriff se cumple a rajatabla, y vaya si se cumple…! Apenas nos habíamos acomodado en el coche cuando unas sirenas aparecieron de la nada. La nueva experiencia estaba servida. Una vez más, muchas películas en nuestra cabeza nos hicieron cumplir a rajatabla con el protocolo, no queríamos que el poli se pusiera nerviosito y la liara a balazos con nosotros, tampoco es pa tanto! Así que de inmediato pusimos las manos todos bien visibles hasta que llegara el tío de marrón. “Good morning” te dice el colega, to feliz, enseñándote poniéndote la placa bien visible a la altura de los ojos. Que quede claro quien manda aquí. Como siempre, Carlitos cool y Pablito all rigth se encargan de la comunicación. Al final nada, como dije, tampoco es pa tanto. Multita a pagar entre todos como habíamos acordado y adelante. Anécdota de la situación: al igual que en todos nuestros días aquí, le echamos morro y… vean vean!

Una vez tramitado el tramite (últimamente no artilugio palabra correctamente), proseguimos nuestro paseo matutino por la mañana. Gooseneck se convierte en un pequeño adelanto de Monument Valley, se trata de un bonito mirador, casi natural, que nos coloca a vista de pájaro (en eso consisten los miradores…) sobre unos curiosos meandros que la Madre Naturaleza le ha dado al río San José, afluente del Colorado. “Qué ganas de complicarse la vida” se escucha entre nosotros, y es que, como veréis, es curioso que entre dos tramos del río haya 20 metros, mientras que el agua recorre unos 200 metros para llegar de un punto a otro. Es ganas de dar vueltas o no?! ;)

Tras la sesión fotográfica de rigor, continuamos nuestro paseíto y en na de tiempo estamos en la primera estampa de película que buscábamos. Una recta de unas 3 millas, primero en bajada y después en subida, es parada obligatoria para nosotros y para otros tantos turistas cámara en mano. Una vez más, rizamos el rizo.


Cabe decir que en este tramo de carretera encontramos la tienda de souvenirs más singular de las vistas hasta ahora. Un navajo de la zona tiene su chiringuito a pleno sol, bajo un sombrajo tiene colocado su tenderete con manualidades de todos tipos y colores. Aquí si da gusto comprar cositas.

Tras dejar atrás esa kilométrica recta y adentrarnos en las rocosas del Monument, buscamos nuestro objetivo principal del día.

Como habréis comprobado ya, acercarnos a un mirador y tirar 8-10 fotos se nos queda pequeño, es poquiya cosa, así que convertimos el paseo sobre la arena en un pequeño rally. Aquí el Sheriff ya no puede pillarnos así que empezamos a hacer de las nuestras. Dos se suben en el techo del jeep y otro en el capó, mientras los derrapajes en la arena nos permiten adelantamientos casi imposibles… que nooooo, que es bromaaa! Jeje!! Pero si que nos reímos un poquiyo hombre, ya lo veréis. La verdad es que estamos en el auténtico oeste de las películas. Montañas rocosas a lo lejos y arbustos y matojos perdidos en la inmensidad de esta planicie. Mirad, mirad!
Siguiente destino: Antílope Canyon. Esta visita sería muy diferente, pues no depende de nosotros, nos llevan y nos traen en una ruta guiada. Una vez que nos desviamos de la carretera comarcal nos damos cuenta del porqué. Estamos en unas dunas en las que cualquier vehículo no preparado para la situación se quedaría clavado en el metro 5. Eso si, el guía, que hace las veces de conductor, no escatima a la hora de pisarle… no vea la caña que le mete al cochecito! Destacar que, una vez más, fuimos la alegría de la fiesta en el traslado, porque si fuera por las 3 chinitas o la familia francesa que nos acompañaba… vamos listos! Bajamos del camión y nos adentramos en una cueva con sinuosos salientes en las rocas que forman las paredes. He de reconocer que, por muchas risas que tuvimos ahí dentro, fue una de las estampas más bonitas de las que llevo vistas. Como he comentado, es una cueva, pero por muchos huecos entraba la luz del sol, se podía incluso ver el cielo. Así, el juego de sombras está servido. Cuando menos lo esperamos, el chofer-guía se convierte también en fotógrafo. Cámara de los visitantes en mano, se lía a hacer fotos y… como se ve que el figura no es la primera vez que entra ahí, se lo sabe hasta con los ojos cerraos!! La cosa está en que no encuentro palabras para describiros este paraje, así que vedlo vosotros mismos, ahí lo lleváis.



Y poco más que contar de este día. Motel 6, en Page, nos acoge esta noche y no perdemos la oportunidad de darnos un chapuzón en la piscina antes de estrenar el Monopoly. Victoria para Julito ok y todos a dormir. Un abrazo a todos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Niño vaya tela las grutas esas! pero si parecia que estabais en el interior de un cuerpo humano!un esofago o una garganta o algo...
El motel al mas puro estilo de la casa de Dawson´s Creek, o de Smallville. Ah! y la foto en la que estais los cuatro con la carretera al fondo parece por la que corria Forrest Gump, jaja, a ver hijo,yo no he ido a los EEUU pero he visto mucha tele, y la verdad, po me suena todo,jajaja! besitos chao chao. Por cierto, que bien os sientan los helicopteros...:-)